LA TRIADA DE LA ATENCIÓN Y UNA VIDA PLENA FUNDAMENTADA EN LA NUTRICIÓN.
- Gaby Zamora Escudero
- 29 abr 2020
- 3 Min. de lectura

Uno de los aprendizajes más preciados en este tiempo en que vivimos sería el de estar en plena consciencia o enfocados. Resulta algo retador pues existen muchos distractores representados por los medios digitales, es curioso observar en ellos como reaccionamos ante una situación que se sale de nuestro control, como es la pandemia que estamos viviendo.
Casi todos tenemos temor, que a la vez tiene consecuencias muy negativas como lo hemos estado mencionado. Muchas personas reaccionan comiendo más de la cuenta, otros con estados neuróticos arremetiendo con sus cercanos, otros haciendo notar sus críticas ante todas las acciones que hacen las personas o dictan las autoridades, culpando y haciendo comparaciones poco lógicas. Otros tantos se encuentran en una negación opinando que esto es una mentira magistral y hacen caso omiso de todas las recomendaciones. Qué complicada situación.
Definitivamente, el ser humano vive con la finalidad de desarrollarse plenamente en todos los ámbitos, por lo que las posturas anteriormente descritas no lo logran, pues más que nada nos mantiene estáticos, dando de círculos sin ir a ningún lado. Pero, ¿cuál sería la postura correcta para mantenernos estables y en equilibrio, mente, cuerpo y espíritu?
En primer lugar debemos estar enfocados en lo que realmente es importante. Según Goleman (2016) en su libro Focus, podemos decir en estos momentos estamos viviendo un secuestro emocional del enfoque, nos estamos concentramos en aquello que nos perturba y olvidamos lo demás. Sin embargo entre más rápido nos recuperemos de esta perturbación podremos avanzar y sacar lo mejor de este tiempo, lo cual se define como resiliencia emocional.
Para estar enfocados, es necesario ejercitar la atención , una vida satisfactoria exige destreza en ella. Hay tres tipos de atención: la primera: La atención que se dirige al interior de nuestro ser, aquí se gesta la empatía, la bondad, la generosidad, la manera de cómo nos cuidamos, la manera en la que decidimos nutrirnos con alimentación adecuada, realizar ejercicio, dormir a las horas y sinó hay ruido, es intuitiva. La segunda, la atención que se dirige hacia los demás mejora nuestras relaciones con las personas que forman parte de la vida y la tercera es la atención exterior, la que nos permite navegar por el mundo, la que nos está sacando a flote en estos momentos en donde la solidaridad y hermandad son imprescindibles para la supervivencia.
Una persona desconectada de su mundo interior no maneja el timón de su vida pero sobre todo está distraído, no está enfocado, la atención interior no la está haciendo. Esta puede ser la persona que estamos leyendo en las redes sociales, la que critica, la que se enfada con todos.
Lo peor es que muchos están comiendo excesivamente, desequilibradamente y a cada rato, esto es muy preocupante e irónico a la vez pues nuestro guerrero personal es siempre nuestro sistema inmune, mismo que se deteriora cuando no atendemos la nutrición. La consecuencia será entonces que tendremos menos armas para entrar a una guerra presente generada por un virus en donde ya hay miles de soldados caídos.
La atención funciona como la musculatura: si la usamos poco se atrofia; si la ponemos en acción se desarrolla. Pongamos atención, la interna, es la más importante, pero también debemos atender a los cercanos a mi, nuestros hijos, nuestros mayores, a la persona que elegiste como tu pareja. No nos distraigamos, la humanidad nos necesita. Y tú cuéntame, ¿conoces a alguien que requiera de esta triada de atenciones? Yo puedo ayudarte a encauzar tu camino para un mejor autocuidado en términos de nutrición.
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